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jueves, 18 de octubre de 2012

[TPR] EL COLAPSO DE LA IZQUIERDA, LA LUCHA POR LA HUELGA GENERAL Y EL LANZAMIENTO ELECTORAL DE LA BUROCRACIA SINDICAL - 18/10/2012

DECLARACIÓN POLÍTICA DEL COMITÉ CENTRAL DE LA TPR – JUEVES 18 DE OCTUBRE DE 2012
Impulsemos asambleas para marchar a Plaza de Mayo este 20 de octubre, al Congreso contra la ley K contra la doble indemnización este 24/10 y para preparar con paros en cada lugar de trabajo el camino hacia la huelga general
LA PLAZA DE MAYO DEJÓ PLANTEADAS TRES CUESTIONES: EL COLAPSO DE LA IZQUIERDA, LA LUCHA POR LA HUELGA GENERAL Y EL LANZAMIENTO ELECTORAL DE LA BUROCRACIA SINDICAL
Vamos por una COORDINADORA EN DEFENSA DEL FIT
para organizar, debatir y luchar contra Cristina, la derecha y el FAP
El acto en Plaza de Mayo del 10 de octubre fue utilizado por Micheli, el moyanismo y la Federación Agraria de Buzzi para lanzar el planteo de formar un frente político electoral de cara a las elecciones de 2013 y 2015. Los términos del mismo todavía no están claros dado que Moyano se identifica con el PJ disidente mientras que Micheli con el FAP de Binner pero hay que tener presente que ambos dijeron que “hay que seguir construyendo la unidad en la acción” y que el PRO hace rato que viene planteando “un candidato único de la oposición como hizo Capriles para expresar la diversidad republicana de los cacerolazos”. La posibilidad de una reedición de la Unión Democrática – esta vez con el concurso de la burocracia sindical peronista y centro-izquierdista - sobrevuela la situación política.
A su vez, el planteo de un paro nacional de parte de Micheli (con el respaldo de Moyano) no se puede disociar de este movimiento político más general: de ahí que la burocracia no le haya puesto fecha al paro y no esté convocando asambleas para impulsarlo. De hecho, la marcha al Congreso del próximo 24/10 contra el proyecto de ley K de riesgos de trabajo, convocada por la CTA-Micheli y la CGT-Moyano, no está acompañada por dicho paro general y por asambleas en los lugares de trabajo. Se plantea, por lo tanto, como un as bajo la manga en las negociaciones políticas y como una excusa para no impulsar luchas parciales “porque estamos preparando la huelga general”. De esta forma, queda en manos de la izquierda y el clasismo la tarea de impulsar desde abajo y en cada lugar de trabajo la tendencia a la huelga general por medio de sucesivos planes de lucha por nuestras reivindicaciones.

CONTRA EL FRENTE POPULAR DE LA BUROCRACIA SINDICAL, LOS REVOLUCIONARIOS TENEMOS LA OBLIGACIÓN DE COMPROMETERNOS A DEFENDER LOS 660.000 VOTOS DEL FIT PARA IMPULSAR LA INDEPENDENCIA POLÍTICA DE LOS SINDICATOS Y LOS TRABAJADORES
En este sentido, la eventual convocatoria a un paro nacional por parte de las burocracias de Micheli y Moyano no disminuye sino que refuerza la necesidad de procesar una delimitación y una clarificación política en oposición a ellos dado que utilizan el paro para presentarse como “luchadores contra el gobierno” y para encubrir la naturaleza frentepopulista y pro-patronal de su operativo político-electoral.

La izquierda clasista, por lo tanto, tiene que apoyarse en el hecho de que se esté discutiendo el paro general para explicar que si Micheli y Moyano no convocan a asambleas en los lugares de trabajo y a un plan de lucha es por su orientación más general, y que, por lo tanto, la pelea por asambleas y un plan de lucha debe ir asociada a la construcción de una nueva dirección clasista y a una oposición de izquierda al gobierno de Cristina.
La pregunta que emerge, entonces, es la siguiente: ¿es progresiva la formación de un instrumento político frentepopulista motorizado por la burocracia y los sojeros? ¿Significa una ruptura por izquierda y en defensa de las reivindicaciones obreras contra el gobierno? Desde la TPR contestamos: NO. La formación de una alternativa propia de la burocracia sindical y la Federación Agraria con un programa que busca establecer un hilo de continuidad con el kirchnerismo y que defiende los intereses de los sojeros solamente puede servir para contener la evolución a izquierda de las masas que atraviesan una experiencia con el gobierno nacionalista burgués y ajustador de Cristina. De hecho, esa evolución a izquierda ya se había comenzado a expresar, en el plano electoral, en la conquista de 660.000 votos al Frente de Izquierda el año pasado. Ningún partido obrero independiente ni partido laborista basado en los sindicatos puede construirse en Argentina desconociendo (y mucho menos criticando por derecha) a un reagrupamiento clasista que, por más límites que tenga, claramente se coloca como una alternativa política por izquierda al gobierno y a la propia burocracia sindical. Por el contrario, es sabido que el objetivo del Moyano es ser “el Lula argentino”, es decir, un presidente que en nombre de los trabajadores gobierna para el imperialismo y el capital.
Por lo tanto, es central aprovechar el hecho de que la cuestión del paro general se ha instalado en la situación política para convertirlo en un eje de lucha política al interior del movimiento obrero. El conjunto de los sindicatos, ¿van a impulsar el paro general y un plan de lucha por las reivindicaciones obreras por las que se movilizaron cientos de miles de trabajadores en todo el país? Los sindicatos recuperados de manos de la burocracia, ¿van a ponerse a la cabeza de la convocatoria a ese plan de lucha? La izquierda clasista tiene que tomarle la palabra a la burocracia sindical, exigirle la convocatoria al paro y plan de lucha, denunciar su boicot al plan de lucha señalando que se debe a su orientación política patronal e impulsar la votación de mandatos en asamblea en los lugares de trabajo por el paro nacional y el plan de lucha por todas las reivindicaciones obreras. En la 60, el subte, ATE-Educación de Provincia de Buenos Aires (donde los compañeros han superado a las burocracias de ATE y UPCN y han conquistado sus reivindicaciones con la huelga general y la ocupación de la Dirección General de Educación), las alimenticias, la carne de Provincia de Buenos Aires, los hospitales, aeronáuticos, docentes, en definitiva, en todos los frentes obreros donde el clasismo y los luchadores tenemos presencia, hay que motorizar de inmediato esta perspectiva para construir una nueva dirección del movimiento obrero en oposición a la burocracia sindical.
Como parte de esta lucha política, tenemos que superar el abstencionismo y dar una lucha política para que los agrupamientos clasistas y las comisiones internas, cuerpos de delegados y los sindicatos en tanto tales se pronuncien políticamente en oposición a esta falsas “candidaturas obreras” y que, por el contrario, se pronuncien explícitamente por un voto en ruptura con los partidos patronales y la burguesía, es decir, al FIT (que es la propuesta de la TPR) o, como mínimo, en el caso donde no sea posible, “impugar, no votar o votar al FIT”. Esto es muy importante porque, más que nunca, la burocracia va a intentar hacer valer su monopolio en los lugares de trabajo para extorsionar a los compañeros en dirección a “canalizar el voto obrero”. Por lo tanto, es excluyente para los trabajadores clasistas terminar con la idea reaccionaria de que las “candidaturas de izquierda” tienen que limitarse a ser un instrumento de propagandismo izquierdista y recuperar la política electoral socialista como un instrumento frentista de los sindicatos obreros para pelear por sus reclamos en el plano político en oposición a la burguesía. En esa misma línea, hay que impulsar la puesta en pie de una gran columna de izquierda y clasista el próximo 24/10 frente al Congreso, planteando esta perspectiva. La gimnasia huelguística y la regimentación electoral que nos plantea la burocracia son un desafío directo que refuerza la necesidad de que las distintas expresiones del clasismo colaboren entre sí y se desarrollen como una alternativa independiente en todos los planos de la lucha política.
EL FRENTE POPULAR DE MICHELI, MOYANO Y BUZZI QUIERE UN “KIRCHNERISMO SIN CRISTINA”
Esto es muy importante porque la política de la burocracia no se basa en promover la deliberación y movilización obrera contra el gobierno de Cristina. En su discurso en la Plaza de Mayo, Buzzi planteó que “queremos ser parte de un proceso que recupere a las instituciones de las repúblicas (…) queremos un congreso que discuta los proyectos y no sea una escribanía del Gobierno” (TN, 10/10). A su vez, “en representación de Moyano habló Juan Carlos Schmid, jefe del gremio de Dragado y Balizamiento y hombre de su confianza. ‘No somos la oposición. No venimos a cumplir la función de los partidos. No somos conspiradores ni chantajistas. Tenemos que construir una alternativa y este es un escalón’, planteó” (La Nación, 11/10).
De hecho, un día después de la marcha, Pablo Moyano declaró que “su padre dialoga con dirigentes ‘desencantados con el kirchnerismo’ para presentar una alternativa en las elecciones” (Infobae, 11/10). El 17 de octubre, Moyano hizo un acto donde planteó que “‘cuando tengamos que decidir con el voto quien queremos que conduzca los destinos del país no nos podemos volver a equivocar’, advirtió. Y tras cartón (inmediatamente) sinceró sus intenciones: ‘Nosotros vamos a encargarnos, si es posible, de encauzar el voto de los trabajadores’. Por ‘nosotros’ debe entenderse el peronismo opositor, representado en el palco. A Moyano lo rodearon no sólo la conducción de la CGT (Venegas, Guillermo Pereyra, Juan Schmidt, Omar Plaini, y sus hijos, el diputado Facundo y el camionero Pablo). También lo hicieron los diputados del bloque Frente Peronista, encabezados por su jefe Enrique Thomas. Participaron, además, el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, y el ex militar ‘carapintada’ y ex intendente de San Miguel, Aldo Rico” (La Voz del Interior, 18/10).
Desde la TPR ya habíamos denunciado este operativo político de la burocracia en el volante que repartimos durante la marcha del 10 en la Plaza. Allí, señalábamos que “tanto Micheli como Moyano y Venegas buscan formar de un bloque político con la derecha y el FAP, quienes impulsan los cacerolazos destituyentes. Moyano viene de armar un acto en Comodoro Py pidiendo la reapertura del juicio por el asesinato de Rucci, junto a De la Sota, De Narváez, Rodriguez Saá y Aldo Rico. Previamente, había protagonizado una reunión con Duhalde, quien postuló la necesidad de un gobierno de toda la oposición del cual también formara parte el mega-devaluador Lavagna. Micheli, por su parte, metió a Buzzi, de la Federación Agraria y la Mesa de Enlace sojera, en el palco central de la marcha. En esa línea, colocó los planteos pro-patronales de la Federación Agraria, como parte del pliego reivindicativo de la movilización”.
Del palco armado por Micheli participaron también Facundo Moyano (diputado nacional por el Frente para la Victoria que acaba de protagonizar un choque con el resto del bloque del FPV por el proyecto de ART); Alfredo De Angeli (de la Federación Agraria); De Gennaro y Lozano (ambos diputados nacionales por el FAP, pertenecientes a la “Corriente Nacional por la Unidad Popular”); Rubén Giustiniani (senador nacional por el Partido Socialista de Santa Fe); Pino Solanas (diputado nacional por Proyecto Sur, quien viene intentando negociar el armado de una lista común con el FAP de cara a las elecciones de 2013); la CCC-PCR y el MST. La presencia de los partidos de Proyecto Sur hay que tenerla en cuenta porque Pino Solanas “quiere que el líder camionero (Moyano) refuerce un frente político para superar a los máximos representantes de los gobiernos nacional y porteño. Además consideró que ‘la política correcta es unirse’ con Binner” (Infobae, 24/9).
En este mismo sentido, la editorial de La Nación del 11/10 plantea que “Moyano desbordó la arena sindical y pasó a la política. Hace dos semanas, en Córdoba, emitió un programa de 21 puntos que, como las consignas de Micheli, también expresa la atmósfera mental del Gobierno: alineación bolivariana, proteccionismo industrial, mayor intervencionismo sobre la banca y el comercio. Las discordias de Moyano se refieren a la negación oficial de la inflación y de la inseguridad, al deterioro del aparato de Defensa y a la manipulación de los medios, de la que ayer hubo otro ejemplo: la cadena oficial ignoró la concentración opositora. El camionero pretende alimentar una opción electoral para el año que viene. Una imprevista afinidad con Víctor De Gennaro, el inspirador de la CTA, que hace unos años también se soñó Lula”.
Este es el marco político en el que se ubican tanto la marcha del día de ayer como la convocatoria (sin fecha, consignas y modalidad) a un paro nacional de la CTA-Micheli y la CGT-Moyano, anunciada por el propio Micheli al finalizar el acto. La burocracia busca contener el descontento de la clase obrera con el ajuste del gobierno, y desviarlo hacia la formación de una alternativa electoral que, lejos de postular un programa independiente propio de los trabajadores, desarrolle una política de compromisos con la burguesía nacional (proteccionismo industrial) y el capital agrario. Es decir, un kirchnerismo sin Cristina. Por ese motivo, la burocracia se niega a desarrollar una confrontación popular contra el gobierno: de ahí que Moyano se haya bajado de la movilización y haya boicoteado el paro.
LA IZQUIERDA SOJERA PROMUEVE EL FRENTE POPULAR CON LA BUROCRACIA SINDICAL
A este operativo favorable a la formación de un frente popular promovido por la burocracia sindical se ha sumado la izquierda sojera – MST y PCR. El MST, en su periódico Alternativa Socialista del 11/10, sacando un balance de la movilización del 10, plantea que “otro dato importante es el pliego reivindicativo que se llevó adelante. A los puntos que la CTA planteó en el paro del 8/6 se incorporaron otros que respondían a las demandas de los sectores medios rurales y urbanos, a la juventud, los pueblos originarios, etc. Antes se tuvo una posición correcta frente al reclamo de prefectos y gendarmes planteando la sindicalización. Todo ello debe ser valorado como una gran conquista de los trabajadores. Por primera vez en mucho tiempo aparece un sector del movimiento obrero queriendo articular la pelea por un programa más general de reivindicaciones, buscando convocar a otros sectores sociales que rechazan la política del gobierno. Hay que mantener esta política, porque nos fortalece en la disputa de grandes franjas de la población con los proyectos del sistema que buscan sacar tajada del retroceso K. Y estamos hablando de una disputa decisiva para cualquier proyecto de cambios profundos. Hay que debatir las conclusiones de lo que protagonizamos ayer en todos los lugares de trabajo, estudio, en el territorio, los gremios, las organizaciones, etc. Los trabajadores tenemos que tomar como una tarea presente la propuesta que hizo Pablo Micheli de preparar un nuevo paro nacional antes de fin de año. Esta vez tiene que parar la CTA y también la CGT que encabeza Moyano. Se debe construir una nueva movilización nacional ese día, que sea más grande que la del 10. Necesitamos garantizar la continuidad con un plan de lucha conjunto hasta torcerle el brazo al gobierno. A la vez, debemos tener presente que la salida a los problemas que vivimos sólo será posible con un cambio en el modelo de país. Por eso, aprovechando el pliego común de reclamos que ya hemos construido, tenemos que avanzar en debatir y proponer la lucha por un plan de emergencia obrero y popular, que reorganice el país y haga que esta vez la crisis la paguen los capitalistas, terratenientes y banqueros”. En esa misma línea, el PCR se limitó a difundir por su página web los discursos de todos los oradores de la Plaza, sin establecer ningún tipo de delimitación. Evidentemente, el PCR quiere tener las manos libres para realizar cualquier maniobra.
De esta forma, el MST reivindica la política del michelismo de sumar a la marcha del 10 todo el pliego de reclamos patronales de la Federación Agraria, y pretende proyectar esa alianza al terreno político más general, planteándola como la posibilidad de promover un “cambio en el modelo de país”. Más aún, en línea con su reciente incorporación al Secretariado Unificado, el MST parece haber descubierto un nuevo sujeto para la revolución social: la propia burocracia sindical. De Chávez a Pino y de Pino a Binner-Moyano-Micheli-Buzzi, del morenismo al pablismo, parece que el MST es “cada vez más amplio” y ya no le hace asco a la burocracia ni a los representantes directos de la burguesía. De la lucha por independizar a la clase obrera de la tutela del nacionalismo burgués y construir su propio partido obrero revolucionario, ni una palabra.
Tan rastrero es el MST que le lava la cara a la burocracia diciendo que “se tuvo una posición correcta frente al reclamo de prefectos y gendarmes, planteando la sindicalización”, cuando en el pliego de reclamos de la marcha no se reivindicó la huelga de los represores y su reclamo de $7000 de salario básico, y cuando el planteo de sindicalización del sector del FAP que formó parte de la marcha no busca generalizar la tendencia a la huelga indefinida de los subalternos contra la cúpula y el derecho a no reprimir ni espiar sino que, por el contrario, tanto Lozano, Solanas como De Gennaro se oponen a romper la cadena de mando y, por lo tanto, su planteo se reduce a tratar de aprovechar la protesta de la tropa para crear una burocracia sindical al interior del propio aparato represivo.
La izquierda sojera, por lo tanto, no sólo carece de independencia política sino que rechaza ser de izquierda y busca camuflarse detrás de alguna variante patronal junto a la burocracia embelleciendo sistemáticamente su programa y su capacidad política para encabezar una transformación social.
EL FIT ENTRA EN BANCARROTA FRENTE A LA PRESIÓN DEL KIRCHNERISMO, EL FAP Y LA BUROCRACIA
En oposición a esta orientación frentepopulista, era absolutamente necesario poner en pie una columna independiente del clasismo y la izquierda para oponer a la burocracia un planteo político propio de los trabajadores. Había que marchar a la Plaza de Mayo delimitados planteando: “contra Cristina, la derecha y el FAP, la salida es por izquierda”. Ese fue el planteo que le hicimos desde la Tendencia Piquetera Revolucionaria al conjunto de la izquierda, y en primer lugar, al propio Frente de Izquierda.
Pero el Frente de Izquierda hizo todo lo contrario.
PTS, PCO Y ‘NUEVO’ MAS: CONTRA LA MARCHA A PLAZA DE MAYO, CON EL KIRCHNERISMO
El PTS boicoteó la movilización, desconociendo el hecho de que la misma expresaba una movilización obrera por reclamos justos y que tenía un hilo de continuidad con la marcha del 27 de junio. Con el argumento de que participaría de la misma la Federación Agraria y que en la convocatoria había reclamos patronales (lo cual es cierto pero unilateral), sacaba la conclusión errónea de no convocar a la marcha negándose a disputarle a la burocracia sindical la dirección política de los trabajadores que se movilizaron contra el impuesto al salario, por las asignaciones familiares y por el 82% móvil. Lo que correspondía era marchar delimitados para ir a separar a los trabajadores movilizados por sus reclamos de los sectores de la patronal y la burocracia que los arrastran detrás de sus propios planteos. Con una posición similar a la del PTS, el ex – PRS (actual PCO, al fusionarse con la CT de Neuquén y formar una suerte de “hermano menor del PTS” que con verborragia izquierdista oculta su adaptación al kirchnerismo) bloqueó la participación de la Junta Interna de ATE-Garrahan en la marcha, lo que significó un enorme retroceso dado que el Garrahan se había puesto a la cabeza de la lucha por una columna delimitada en el marco de la propia movilización. De esta forma, terminaron colocándose en el mismo campo que el kirchnerismo que montó todo un operativo para impedir que ATE-Capital Federal (de la que la Junta Interna del Garrahan forma parte) fuera a la Plaza.
En esta misma línea, el ‘nuevo’ MAS también boicoteó la marcha. Su boicot se enmarca en su creciente adaptación al kirchnerismo. En relación a YPF, el MAS atacó al PO diciendo que su posición era “cipaya pro-imperialista” y que “el gobierno se pegaría un tiro en los pies si siguiera sin más por la senda de la desinversión, de comerse el capital acumulado y otras acciones similares propias de los empresarios vaciadores: la resultante sería la inmediata deslegitimación de la medida tomada porque de YPF no saldría una gota de nafta” (SoB, 27/4). O sea que, mientras la izquierda que denunciaba el carácter re-privatizador de la medida de CFK sería “pro-imperialista”, el gobierno estaría “obligado” a terminar con la política de desinversión de los pulpos capitalistas y a desarrollar la industria petrolera del país. Un brutal embellecimiento del kirchnerismo. El MAS también se ubicó en el campo del kirchnerismo (y del resto de los partidos patronales del Congreso) frente a la huelga de gendarmes y prefectos, escribiendo que “es cierto que el planteo de gendarmes y prefectos no llegó a escalar cimas como, por ejemplo, el levantamiento de Rico y los militares en 1988. Pero cualquier planteo de las fuerzas de seguridad tiene inscripta en su propia lógica esa posibilidad (…) es obvio que en ese caso ya se estaría más cerca de un verdadero planteo ‘golpista’ o ‘destituyente’ que cuestione las libertades democráticas desde la derecha, cosa que en este caso no llegó a ocurrir. Pero incluso sin ser así, si las fuerzas de seguridad ganaran en su planteo, no sólo se las fortalecería, sino que alentarían al resto de las fuerzas represivas a hacer lo propio, poniendo en cuestión su ‘subordinación’ al poder político” (SoB, 17/10). El MAS se opone a la insubordinación de la tropa contra el propio Estado, cuando dicha insubordinación es una condición necesaria para el desarrollo de una lucha revolucionaria que destruya los cimientos del Estado, incluyendo su aparato represivo. Cuando el MAS se coloca en defensa de la “subordinación de la tropa al poder político”, se coloca en el campo de la defensa del orden capitalista junto con los partidos patronales. De ‘nuevo’ este MAS no tiene nada, porque repite la misma orientación democratizante que desarrollaba su homónimo MAS de Nahuel Moreno.
Luego de la marcha, el PTS saca un balance reivindicando haberla boicoteado (igual que el ‘nuevo’ MAS - ¿carneros orgullosos?) y planteando que “al cierre del acto, Micheli afirmó que Hugo Moyano le prometió que ‘antes de fin de año’ convocarían a un paro nacional donde ‘no se va a mover una pluma’. Por ahora no pasa de la amenaza y el paro no tiene fecha (…) desde el palco en Plaza de Mayo, Pablo Micheli convocó a un paro para fin de año, sin fecha. Para que no sea un acto político opositor y patronal, ya comenzaremos a dar pelea en la base para exigir un verdadero paro nacional de la CGT y de la CTA y un plan de lucha por las demandas de todos los trabajadores, pero esta vez sí, SIN PATRONES” (La Verdad Obrera, 11/10). El cacareo izquierdista del PTS contra la marcha tiene su contracara en la brutal adaptación a la burocracia cuando ésta insinúa la posibilidad de convocar a un paro nacional. Esto, porque oculta el dato central de la marcha: el frente popular con sectores de la derecha y el FAP que quiere armar la burocracia sindical. De esta forma, el PTS no asocia la lucha por la huelga general a la lucha por una oposición de izquierda contra Cristina, la derecha y el FAP. De hecho, el PTS se prepara para volver a boicotear la huelga general porque condicionan su participación de forma ultimatista a “que no haya patrones”. Por el contario, lejos de exigirle a la burocracia que se torne clasista, toda la táctica pasa por aprovechar las insinuaciones a izquierda de la burocracia para combartirla políticamente mostrando sus límites. No hay que “presionar desde las bases”… para que la burocracia rompa con la burguesía sino desarrollar una nueva dirección clasista junto al FIT. De ahí que todo su planteo no esté ubicado en relanzar políticamente al Frente de Izquierda contra el frente popular de la burocracia sindical sino que, por el contrario, toda su política se basa en utilizar la diferencias al interior del FIT para auto-construirse de forma faccional y adaptada al kirchnerismo.
IZQUIERDA SOCIALISTA: ¿CON EL FRENTE POPULAR DE LA BUROCRACIA SINDICAL O CON EL FIT?
Izquierda Socialista, por su parte, concurrió de forma absolutamente disuelta a la movilización, ingresando a la Plaza de Mayo junto con el gremio de los camioneros. En su balance, publicado en su periódico el 11/10, plantean que “la marcha y el acto tuvieron un alto contenido antigubernamental, expresando el profundo malestar que existe en miles de trabajadores. Las consignas más aplaudidas fueron las que pedían por aumento de salario, contra el impuesto al trabajo (Ganancias) y el ajuste en curso, tanto en la Nación como en las provincias (…) Y si la jornada no fue mayor, se debió a las limitaciones de los propios organizadores. La marcha no estuvo instalada de antemano, sólo apareció un afiche público un día antes y el propio Hugo Moyano ya había adelantado que no iba a concurrir. Y si bien fueron los Camioneros, lamentablemente la CGT Moyano no fijó ninguna medida para ese día. Si hubiera hecho lo mismo que el pasado 27 de junio, la jornada hubiese sido mucho mayor. Hubo varios oradores, entre ellos Juan Carlos Schmid, en nombre de la CGT Moyano. También habló Buzzi, de la Federación Agraria -la primera vez que dicha organización se moviliza junto a los trabajadores después de años. Cerró el acto Pablo Micheli, destacando que la campaña del gobierno fracasó al jugarse a entorpecer la convocatoria, denunciando al sector de ATE Capital que carnereó el paro, el cual fue usado por los medios kirchneristas para tal fin”.
IS no se delimita en absoluto de la política de la burocracia sindical sino que, por el contrario, la embellece por completo. A Moyano y Micheli los critica por sus “limitaciones”, que para IS no son intentar armar una lista electoral con la derecha y el FAP, sino no sacar un afiche con más tiempo y no hacer como con la marcha del 27 de junio. Se trata de un embellecimiento del propio Moyano, que el 27 de junio venía de levantar el paro de camioneros entregando los reclamos y que tampoco convocó al paro de la CGT ese mismo día. Nombra la presencia de la Federación Agraria, pero no para criticar su planteo patronal y frentepopulista, sino para destacar que “se movilizó junto a los trabajadores”.
La conclusión del artículo de IS es la siguiente: “es necesario que ese paro sea impulsado por la CTA Micheli y la CGT Moyano, convocando desde ahora a todas las organizaciones, sindicatos, cuerpos de delegados y comisiones internas que estén dispuestos a trabajar por la continuidad en un plan de lucha y debatir las consignas por las cuales empujar esa medida, para enfrentar en serio el ajuste de Cristina y los gobernadores”. Ninguna lucha por una nueva dirección de los sindicatos, ninguna delimitación con el frente popular de la burocracia: sencillamente, “trabajar” con Moyano y Micheli por la “continuidad” del plan de lucha (que nunca existió), y “debatir” las consignas (sin criticar las de la Federación Agraria y sin proponer asambleas para promover una deliberación obrera en oposición a la burocracia).
Con este planteo rastrero, IS se coloca en el mismo terreno que el del MST: ya lo había hecho al apoyar los cacerolazos de la derecha y el FAP, y al negarse a participar de la columna clasista el 27 de junio. Esta orientación típicamente morenista, sin embargo, se contrapone con el desarrollo del Frente de Izquierda. Por lo tanto, los militantes de IS se tienen que hacer a sí mismos una pregunta: ¿con el frente popular de la burocracia sindical o con el Frente de Izquierda? La experiencia de Chirino en Venezuela plantea la misma disyuntiva con el FADESS, con la salvedad, obvia, de que en Venezuela la UIT-CI está virando del FADESS al FIT mientras que en Argentina pareciera que Izquierda Socialista está haciendo exactamente lo contrario: están rompiendo el FIT para sumarse al FADESS argentino. Desde la TPR llamamos a los compañeros de IS a fijar posición contra la orientación rastrera que vienen desarrollando y a organizarse para defender al FIT.
EL PARTIDO OBRERO NO PELEÓ PARA QUE EXISTA UNA COLUMNA INDEPENDIENTE DEL CLASISMO
El PO, por su parte, había participado de reuniones con otras organizaciones de izquierda y sectores clasistas (como ATE-Sur, ATE-Senasa, la Lista Roja de la Carne, el MTR-Cuba, el PRML, Convergencia Socialista, Opinión Socialista y la TPR) donde se resolvió formar una columna delimitada bajo la consigna “no al ajuste y la precarización, contra el gobierno, las patronales y las burocracias”. En la última reunión, incluso, el PO había anunciado que Izquierda Socialista se incorporaría a dicha columna. Sin embargo, el día de la movilización, el PO no buscó formar la columna delimitada e ingreso sólo a la Plaza de Mayo, ubicándose dentro de la Plaza junto a Libres del Sur, con una bandera que planteaba “paro general” y determinadas reivindicaciones obreras, pero que no planteaba ninguna delimitación explícita con los convocantes.
En la Prensa Obrera posterior a la marcha, del 11/10, Pitrola escribe que “las 500 o 700 personas de la Federación Agraria en la Plaza no compensaron lo que restó, políticamente, la presencia de Buzzi, como pata de la Mesa de Enlace -resistida por vastos sectores de activistas en los lugares de trabajo. En el palco no se hicieron ver los Binner y otras fuerzas del FAP, aliadas de los representantes políticos de la CTA, a excepción de los propios como Lozano o Pino Solanas (…) Micheli llamó a rodear el Congreso el próximo 24 contra la pseudoreforma de las ART. Transmitió que Moyano le aseguró que habría un paro general antes de fin de año. No hay, sin embargo, ningún plan de lucha en esa dirección. La Plaza dejó planteada la huelga general”. Que la Plaza dejó planteada la huelga general es una verdad a medias, porque el desarrollo de una huelga general por los reclamos obreros contra el gobierno depende de la lucha política que demos la izquierda y el clasismo al interior del movimiento obrero. Incluso, la huelga general en manos de la burocracia sindical y sin una lucha política activa de la izquierda puede formar parte de su operativo político frentepopulista. Una huelga general no es igual a una huelga general y todo depende de si permite o no desarrollar al clasismo y la lucha por los reclamos. Por eso, es un error gravísimo (casi ocultamiento descarado) por parte del PO el no señalar el dato central y excluyente de la jornada que es la formación de un armado electoral de estos sectores de la burocracia. Se trata de un retroceso de parte del propio Partido Obrero, que se había pronunciado explícitamente, en sus periódicos anteriores, contra la Unión Democrática que propulsan Moyano y Micheli. La tarea, por lo tanto, es terminar con esta línea de disolución del FIT y relanzarlo a través de una fuerte acción política contra Cristina, la derecha y el FAP.
CONVERGENCIA SOCIALISTA, OPINIÓN SOCIALISTA Y EL PR-ML AVALARON LA DISOLUCIÓN DEL CLASISMO
Frente a esto, el resto de los grupos, como el PRML y Opinión Socialista, no hizo nada para mantener la columna independiente. Por el contrario, en una muestra de sectarismo sin igual, dijeron que “si Izquierda Socialista se va, está columna queda muy pegada al PO. Preferimos irnos”. Es decir que esta izquierda prefiere… quedar pegada con la burocracia antes que con el PO. Toda una definición de principios que demuestra una hostilidad estratégica contra la izquierda.
En este sentido, y en contraposición a todos los actos que veníamos desarrollando en común, Convergencia Socialista se apresuró hacia delante de todo para quedar al lado del palco y de los Camioneros, sin ningún tipo de delimitación. Esto constituye un grave error de los compañeros de CS, que va en la misma línea de su rechazo a formar una columna común con Las Piqueteras y el MCC y el 20 de Diciembre de Chaco durante el Encuentro Nacional de Mujeres, denunciando a Cristina, la derecha y el FAP. Esta orientación se contrapone a los actos unitarios que realizamos denunciando el negociado de Cristina con YPF y apoyando las luchas de los trabajadores a nivel internacional. Se contrapone, también, a lo que los compañeros de CS plantearon en su propio comunicado sobre la marcha del 10, planteando que “el acto de Plaza de Mayo se transformó en una tribuna al servicio del proyecto centroizquierdista apoyado por el CTA -el Frente Amplio Progresista- que como lo demuestra el gobierno ‘socialista’ de Santa Fe, nunca irá a fondo contra el modelo de dependencia y explotación, porque defiende intereses patronales similares al de Cristina. Desde Convergencia Socialista marchamos a la Plaza junto a otras organizaciones de izquierda, no para apoyar este proyecto, sino para exigirle a las direcciones del CTA y CGT/Moyano que convoquen a asambleas y plenarios de delegados para resolver un Plan de Lucha, que desemboque en una Huelga General que termine con el Plan de Ajuste, Saqueo y Represión K y le cierre el paso a cualquier variante parecida, venga de la derecha no oficialista o de la centroizquierda opositora” (Noticias Socialistas, 10/10). Por eso, llamamos a los compañeros a actuar en concordancia con lo que escribieron (y no con lo que hicieron en el ENM y el 10/10), y a formar una columna unitaria delimitada del gobierno, la derecha y el FAP, tanto el 20 de octubre en la marcha por Mariano Ferreyra como el 24 de octubre en la marcha contra la ley K de riesgos de trabajo.
TERMINEMOS CON LA DISOLUCIÓN DE LA IZQUIERDA, PONGAMOS EN PIE LA COORDINADORA EN DEFENSA DEL FIT, VAYAMOS POR UNA PLAZA DE MAYO DE LA IZQUIERDA Y LOS LUCHADORES EL PRÓXIMO 20 DE OCTUBRE
La izquierda que sí marchó a la Plaza lo hizo disuelta políticamente. No podemos negar esta situación porque si no será imposible revertirla de cara a las próximas movilizaciones. Esto es tan claro que basta con comparar la marcha del 27 de junio con la del 10 de octubre. Mientras el 27 de junio todos los medios de comunicación reflejaron la presencia de una columna clasista y de izquierda delimitada de Moyano, en la marcha del 10 la izquierda apareció acompañando pasivamente a Micheli y el moyanismo sin postular un planteo político alternativo. Esto no pareció preocuparle ni al PO ni a Izquierda Socialista, que en sus balances posteriores a la movilización no hacen mención al hecho de que el FIT fue una nulidad política en el marco de la marcha y se obnubilan por la convocatoria a un paro nacional por parte de la burocracia sindical.
Desde la TPR, por el contrario, marchamos el 10 de octubre con nuestra bandera y nuestro volante denunciando explícitamente a Cristina, la derecha y el FAP y planteando la necesidad de construir una salida por izquierda a la situación pre-revolucionaria que atraviesa la Argentina. No ingresamos a la Plaza de Mayo para no disolvernos detrás de las distintas variantes de la burocracia y para repudiar la presencia de Buzzi y de los partidos patronales presentes en el palco de la movilización, denunciando el operativo de Micheli y Moyano de buscar un acuerdo político más general con estos sectores. Esta es la política correcta para enfrentar a la burocracia sindical y defender una delimitación estratégica que permita un reagrupamiento de la izquierda y el clasismo en una columna independiente.
En función de este balance, llamamos a poner en pie una COORDINADORA EN DEFENSA DEL FIT, para batallar contra la disolución de la izquierda y para que la izquierda que quiere ser izquierda se postule a sí misma como una alternativa política independiente para los trabajadores. La primera tarea en este sentido es impulsar una gran movilización a la Plaza de Mayo el 20 de octubre, en el segundo aniversario del asesinato de Mariano Ferreyra. Tanto la burocracia moyanista como la kirchnerista buscan utilizar a Mariano para lavarse la cara. Schmid dijo el 10 de octubre que “a Mariano Ferreyra lo mató la tercerización”, negando que en realidad lo mató la burocracia sindical en defensa de la tercerización y ni mencionando la convocatoria a la marcha del 20. El “kirchnerismo sin Cristina” repitió, de esta forma, la misma fórmula reaccionaria que empleó Clarín frente a la Masacre del Puente Pueyrredón: “la crisis causó dos nuevas muertes”. Baradel, por su parte, dijo que se solidariza con la lucha por Mariano Ferreyra durante la movilización masiva de 6 mil personas del Suteba, pero no impulsa asambleas para convocar a la manifestación a 2 años del asesinato. La izquierda tiene que impedir que usen a Mariano para ocultar su carácter de burócratas anti-lucha asociados al gobierno K o a la oposición, y exigirle a todos los sindicatos que se movilicen el 20 de octubre. En esa misma línea, la segunda tarea es, como ya planteamos, hay que impulsar la puesta en pie de una gran columna de izquierda y clasista el próximo 24/10 frente al Congreso, exigiéndole a la burocracia la convocatoria al paro general y a un plan de lucha, denunciando su boicot al plan de lucha señalando que se debe a su orientación política, e impulsando la votación de mandatos en asamblea en los lugares de trabajo por el paro nacional y el plan de lucha por todas las reivindicaciones obreras.
Si el 10 de octubre fue la Plaza del frente popular de la burocracia sindical; si el 27 de octubre es la Plaza de los grupos estatales del kirchnerismo en el aniversario de la muerte de Kirchner; si el 8 de noviembre será la Plaza de los cacerolazos de la derecha sojera y el FAP; el 20 de octubre tiene que ser la Plaza de la izquierda que se opone a Cristina, la derecha y el FAP y que les opone una alternativa política de los trabajadores. La lucha en defensa de Mariano Ferreyra tiene que ser una reivindicación política explícita de su lucha obrera y socialista contra el gobierno nacionalista burgués de Cristina de Fernández de Kirchner. Impulsemos asambleas y reuniones en los lugares de trabajo, estudio y los barrios para desarrollar esta perspectiva.
COMITÉ CENTRAL DE LA TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA
18/10/2012
TPR
TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA

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